jueves, 2 de marzo de 2006

Historia de las Javieradas

La primera javierada, o la gran javierada, fue la vida santa de quien hizo famoso el nombre de Javier por todo el mundo: San Francisco de Javier, cuyo quinto centenario se celebra el próximo viernes 7 de abril de 2006. A partir de ahí, lo que no era sino un pequeño castillo del reino de Navarra, se convirtió en la cuna visitable de alguien admirable. Y lo que pudo haber sido, como tantas otras fortalezas, una ruina nostálgica, llegó a ser finalmente, el castillo más altivo de entre los navarros. Grandes o pequeñas, siempre hubo peregrinaciones al castillo y pueblo de Javier. La mayor concentración que se recuerda es la que reunió en Javier, en 1886, a decenas de miles de navarros con ocasión de la última epidemia de cólera vivida en el siglo XIX. Hubo además otras ocasiones: familiares, esporádicas, jesuíticas, escolares, conmemorativas de cualquier centenario... Pero ninguna de ellas llegó a la categoría de "cita anual". Y ninguna se llamaba entonces "javierada".

La palabra "javierada" se la inventó un obispo navarro, don Marcelino Olaechea, para referirse a ese otro acontecimiento histórico que había hecho rebuscar en las páginas de Shakespeare a los eruditos el nombre del pequeño reino hispánico. "Navarra será el asombro del mundo" decía la cita del escritor inglés, sacada de contexto, que fue desempolvada y admirada, como una profecía cumplida, en los años dramáticos de 1936-1939. Por aquellos años apasionados, cuando los católicos españoles hablaban de "Cruzada" y creían en la ³Cruzada² la palabra javierada surgió fácilmente, por asociación de ideas, abusando de un sufijo que no indica mas que sobreabundancia. Cruz y cruzada. Javier y javierada. Inmediatamente después la javierada comenzó a ser -además- la peregrinación a Javier que se hace masivamente en cuaresma, dentro de la ³Novena de la Gracia² que comienza el 4 de marzo.

La entidad que institucionalizó desde 1940 la peregrinación anual a Javier es la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz. Hermandad canónica, erigida por el citado Monseñor Olaechea y constituida por excombatientes navarros para "mantener el espíritu de la Cruzada" que habían vivido. Con ese mismo espíritu; abrigados del frío de marzo por los capotes de guerra convertidos en hábito; presididos por las mismas cruces que les habían acompañado en los frentes; así se iniciaron las javieradas. En los años siguientes otras instituciones y la diócesis de Pamplona en pleno se fueron sumando a una peregrinación nueva que parecía milenaria, y original y auténtica.

Las javieradas son una de las peregrinaciones más importantes de todas las que se celebran hoy en día en España, por cantidad de participantes y por hondura religiosa. Se parecen al camino de Santiago, pero son menos intimistas. Se parecen a un reto deportivo, pero son una expresión de fe. Se parecen a las romerías marianas que se multiplican en primavera, pero son más masculinas. El modelo de santidad de San Francisco de Javier, misionero, vigoroso, apostólico, impaciente, apasionado, impetuoso... ha sido y es todavía en Navarra un patrón vivo que se mantiene profundamente arraigado en el subconsciente familiar como prototipo del navarro. Todos los pueblos cristianos tienen su propio modelo. Son prototipos que forman un riquísimo abanico de virtudes y carismas. Los hay intelectuales, caritativos, místicos, pedagógicos, prudentes... los navarros de fe, desde la más tierna infancia, hemos sabido que nuestro modelo era el de un misionero fuerte y decidido.

No es casualidad, por tanto, que las javieradas se iniciaran hace ahora 66 años. Sin Javier y su patronazgo tan arraigado ¿qué hubiera sucedido en la Navarra de 1936?. En aquel momento dramático, el pueblo navarro, mayoritariamente, se levantó en armas contra el poder constituido. Soy consciente de cómo el tabú oficial impide el planteamiento de estas reflexiones. Pero lo que es indudable es que sin ese "alzamiento", claro está, no hubiera surgido en 1940 la idea de peregrinar a Javier en acción de gracias.

Son muchos los factores que pueden lanzar a un pueblo a sublevarse contra su gobierno. Pero uno de ellos, sin duda, es la existencia de brújulas como la que representa San Francisco Javier. Un modelo que ha influido y algo más: ha funcionado.

Javier Garisoain


PUBLICADO EN REVISTA ARBIL NUMERO 103